En 1953, el GIA desarrolló su “sistema internacional de calificación de diamantes” y las popularmente conocidas como ‘4Cs’ (‘cut, clarity, color y carat weight’, es decir, ‘talla, pureza, color y peso’), como un estándar para comparar y evaluar la calidad de estas cotizadas gemas.
Los cuatro «Cs» de diamantes son las características más importantes que determinan su calidad y valor: corte, claridad, color y peso en quilates.
- Corte del diamante: se refiere a la forma y facetaado del diamante, así como a su simetría, brillo y proporción. Un corte perfecto es esencial para que el diamante refleje la luz y brille de manera espectacular.
- Claridad del diamante: se refiere a la ausencia de imperfecciones o inclusiones en el interior del diamante. Un diamante con alta claridad es más valioso que uno con imperfecciones o inclusiones visibles a simple vista.
- Color del diamante: se refiere a la ausencia de color en el diamante. Los diamantes más valiosos son aquellos que son completamente incoloros, mientras que los que tienen un tono amarillo o marrón son menos valiosos.
- Peso en quilates del diamante: se refiere al tamaño del diamante en quilates, y es un factor importante en su valor. Cuanto mayor sea el peso en quilates, más valioso será el diamante.